Continuaciones

Bueno espero no haber tardado demasiado pero dada mi circunstancia, no tengo mucho tiempo para escribir, y aun tengo algo de reparo en contar esta historia. Sin más preámbulos seguiré...

Unos golpecitos me despertaron y ahí estaba ese vagabundo gigante, larga barba, voz ronca, rastas naturales y mugre, mucha mugre. No es que sea muy especialito para elegir compañía sobre todo a determinadas horas, ya me entendéis...pero esto era demasiado.

El tipo entre su gran estatura e imagen imponía bastante respeto. Me incorporé ligeramente en el banco, mientras él hacía gestos para que le dejase un hueco, en un largo andén vacío¡¡¡...mala espina. Me mantuve atento y mi resacoso y adormilado cuerpo se tenso instintivamente. De nuevo habló y automáticamente me despejé. "Me llamo Pollux, te lo repito por si no me has oído..... si estás pensando en presentarte este es el momento muchacho".

Pensar, yo más bien pensaba en salir corriendo, miré el andén para localizar la salida más próxima, el se dio cuenta, pero sinceramente, me daba igual. Una cosa es quedarte encerrado en el metro, algo borracho (hasta ahí más o menos), y otra muy diferente es que te atraquen, agredan o algo peor, mi mente en ese momento volaba. Lo mismo tenía que salir a hostias de ahí, y el adversario no me convencía demasiado.

"Sabes chico, no tengas miedo, lo que pudieras perder ya lo has perdido, no estés nervioso, no hay salida, por lo menos no aquí ni ahora, se lo que piensas, créeme. Si quieres un consejo...hagamos presentaciones formales y tengamos una charla, lo necesitas para saber de qué va todo esto".

Pero de qué coño me estaba hablando¡¡¡, resaca, miedo, tío raro...peliiiiiigro. De un brinco me coloque de pie y sin mirar atrás salí corriendo hacia la salida del andén, pero antes de dar tres zancadas una gran mano me cogió fuertemente del hombro, era como si me hubiesen clavado una hierro ardiendo. Grite de dolor y gire mi cuerpo con la intención de golpear, pero en vez de eso me quede petrificado. Era el vagabundo pero en vez de manos tenía garras, una de ellas me desgarraba el hombro, sus ojos habían desaparecido y habían dejado un hueco oscuro, sus dientes eran miles de alfileres unidos, chirriaban de rabia. Lo último que vi fue su cabeza acercándose a mi cara y luego todo oscureció. Mientras estaba desmayado soñé que me caía por un oscuro pozo, desnudo, indefenso, rasgándome la carne con afiladas rocas, eran su boca.

Desperté dolorido, noté que ahora estábamos en penumbras, y todo estaba mugriento, no estaba seguro de que fuese el mismo andén. Le vi a él de pie, me miraba desde el fondo del andén, su aspecto era normal, bueno, era como la primera vez que le vi, me sonrió de forma condescendiente y vino andando hacia mí.

"Lo has intentado tan alocadamente que casi me sorprendes, ha sido un poco patético la verdad, pero dada tu circunstancia....¿qué, ahora podemos hacer las presentaciones o no?. Es más, nos vamos a presentar de forma inversa para hacerlo más entretenido, tú me presentas a mí y yo a ti, ¿te parece?".

No me lo podía creer, pase del miedo a la euforia, o más bien el miedo y lo absurdo de la situación me soltó la lengua, así que cogí aire y le dije - como quieras tío raro, eres un vagabundo aspirando a sádico lo que sea, que se monta unos numeritos del copón con gente que se queda tirada, y todo por que ibas para ala pívot en la NBA y te lesionaste o algo así, y desde entonces lo pagas con los demás - triste, muy triste, pero no me salió nada más.

Me miró a los ojos, y el miedo volvió a apoderarse de mí.

“Tu, eres un chico de clase media venido a mas por logros laborales y como nunca lo has pasado mal, te crees especial, con amigos tontos y vida fácil, te engañas a ti mismo y a los demás con tu imagen de tío resolutivo y agresivo, pero la verdad es que no tienes nada, y a partir de hoy tendrás menos aun”.Eso me dolió bastante porque era cierto, a esas alturas de la película me sentía bastante mal. Así que me aclaré algo la mente, razoné todo lo que pude y le pregunte - ¿me puedes decir de que va todo esto? -.