domingo, 14 de febrero de 2010

El Viajero (2ª parte)

“Por cierto, nuestro “amigo”, el de la insuperable historia, era un limpia cristales de las tiendas del centro de su ciudad y vivía en una de las peores zonas, en una habitación alquilada. Solo ahorraba para sus viajes, por eso nunca llego a nada con la chica.”

“Desde la época del instituto le gustaba, pero sus vidas eran muy diferentes; ella era de buena familia, bastante acomodada y el estudiaba con beca. Pero dentro de las paredes del centro eran grandes amigos, y aunque él lo intentó, nunca llegaron a ser algo más. Se tuvo que conformar con un beso de despedida.”

“El se quedó con ese beso grabado a fuego, y un buen día después de diez años le pareció reconocerla en la calle y disimuladamente la siguió hasta que la vio entrar en el edificio donde trabajaba. No tardó en averiguar los detalles de su vida, el chico era bastante obsesivo, algo poco sano la verdad, pero bueno, el amor a veces es así.”

“Un buen día, charlando con el portero del edificio donde vivía su amiga, un gran cierrabares, de los que se dejan invitar a cambio de responder cualquier pregunta, se enteró de la afición de Ana por los viajes. Ésta, todos los años hacia un gran viaje, así que él se propuso hacer lo mismo, se limitó a trabajar para ahorrar todo el dinero posible, averiguar con unas copas a donde iba y coger el mismo vuelo y destino.”

“Y una vez que consiguió su propósito, no se atrevió a compartir su vida con ella, no se creía merecedor, un gran complejo le limitaba. Ella se perdía en su día a día.”

“Tras el segundo viaje, ella se mudó por trabajo, cambió de país y definitivamente su amor se fue volando. La información no llegó a tiempo, el portero estuvo ingresado por problemas de…hígado.”

“Así que un buen día me lo encontré algo más borracho que tú, tirado en las vías, imagínate…me dije, este alma tiene que ser mía, trabajo fácil, iba cargado de una gran pena. No aprovechó su oportunidad y decidió que su vida no tenía valor. Un verdadero romántico, ¡con los tiempos que corren!”.

“La verdad no sé por qué me contó una historia tan desmembrada, quiero decir, el me la contó tal y como yo te la he contado a ti, el resto lo descubrí después de atrapar su alma y con ella sus recuerdos. No sé si fue por no darme pistas de su intimidad o porque iba muy borracho… ¿tú qué crees?”.

Logré con mucho esfuerzo roncar palabras para poder responder – yo creo que el que cuenta las historias desmembradas eres tú, o eres muy malo contándolas o quieres despistar ocultando información, buscas una primera impresión errónea. Ahora que lo pienso has provocado una opinión que distaba mucho de la realidad de los hechos que has contado. Lo que no entiendo es para qué, para satisfacer tu ego, para jugar a engaños, para….

En ese momento me interrumpió. “Porque ese es el juego, yo cuento lo que quiero y tu deduces lo que quieres, y algún día tú serás el que me cuente una historia a mí y si me gusta la incluiré en mi repertorio y tal vez hasta adopte tu aspecto, quién sabe”. Pollux sonrió seguro de sí mismo de tenerme donde me quería…totalmente confundido, estaba empezando a perderme en su realidad, su acoso había empezado.

“Sigamos, ya te he dicho antes que me espera un amigo”.